Históricamente la trufa negra crecía de manera espontánea en los bosques franceses, italianos y sobre todo españoles. Su producción estaba ligada a la meteorología anual, confiriéndole una gran variabilidad entre años. En las últimas décadas del pasado siglo XX, el cambio del clima con cada vez menos lluvias en verano, el abandono de los montes por parte del pastoreo y de los trabajos silvícolas redujeron la producción silvestre de trufa negra a cantidades irrisorias que llegaron a comprometer seriamente el abastecimiento del mercado a comienzos del sXXI.

Actualmente, la producción de tan preciado hongo se ha consolidado de manera exponencial y estable en los campos de cultivo de muchas zonas del nordeste español,  gracias a la contundente determinación de los truficultores españoles y el éxito de sus plantaciones con riego.

El incremento cada vez mayor de la producción y calidad de la trufa negra de cultivo ha abastecido la gran demanda del mercado internacional, confiriéndole estabilidad.

A día de hoy, la truficultura en España es un sector al alza y una alternativa o complemento de la agricultura convencional.

Sin embargo, sigue siendo un cultivo a medio plazo más complejo que los cultivos tradicionales, el cual precisa de una formación y asesoramiento muy especializado.

Nuestra empresa se ha centrado desde sus inicios en la producción de trufa negra, Tuber melanosporum, apostando en todo momento por la calidad y el ensalzamiento de las cualidades que definen a este hongo, gestionando las plantaciones desde el respeto para con el medio amiente y la sostenibilidad. Esta determinación ha hecho posible que en la  actualidad dispongamos de una producción creciente y a la altura de las demandas de los mercados más exigentes.